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Noticias sobre Arturo Pérez-Reverte y su obra. Entrevistas.
ROCÍO GARCÍA | El País - 01/8/2005
Grandes batallas, duelos de espadas, cañones, caballos,
galeones... El héroe creado por Arturo Pérez-Reverte llega al cine de
la mano de Agustín Díaz Yanes.
Alatriste está al frente de la temible tropa española, preparado para
la última gran batalla contra los franceses. Tres banderas del tercio de
Cartagena ondean al fondo. Plumas o lazos rojos, distintivos de la
orden de San Andrés, resaltan entre el ropaje polvoriento, ensangrentado
y sudado de los más de 500 soldados. 46 cadáveres -en realidad, fardos
de paja vestidos- se han quedado atrás esparcidos en el campo. Todos
miran, desafiantes, al frente. Las explosiones retumban al fondo y
muchas de las picas caen truncadas al suelo. Las primeras descargas de
artillería han dado ya en el blanco y muchos soldados agonizan en
tierra. En medio del batallón, aparece en una silla de campo el maese,
afectado de gota. El tercio no se da por vencido, siempre detrás de su
capitán Alatriste. La mitad de la tropa hinca la rodilla al suelo,
mientras un ensordecedor grito -"picas"- resuena entre la soldadesca.
"Corten", se oye una voz tranquila al fondo. Es la de Agustín Díaz
Yanes, todo exquisitez y placidez a su alrededor. Y la tropa vuelve a su
estado inicial. También Alatriste, aunque el desafío no desaparece de
su rostro.
Es la última escena de la película Alatriste. La bella llanura
de Uclés (Cuenca), con el monasterio del siglo XVI al fondo, se
convirtió durante unos días de julio en el campo de batalla de Rocroi,
en la que los tercios españoles fueron derrotados por las tropas
francesas en mayo de 1643. La película es la mayor producción
cinematográfica española hasta la fecha -24 millones de euros de capital
únicamente español-, la dirige Agustín Díaz Yanes y protagoniza el
actor neoyorquino Viggo Mortensen, intérprete de grandes títulos como la
trilogía de El señor de los anillos, Psicosis, La teniente O'Neill o
Atrapado por su pasado.
Alatriste ha saltado así de los libros a la calle. Y lo ha hecho a lo
grande. El héroe del convulso siglo XVII español, creado por Arturo
Pérez-Reverte, se ha batido por calles, puertos y playas reales a lo
largo de 15 semanas de rodaje. Se ha vivido la pomposidad del Siglo de
Oro a través de grandes batallas, con miles de extras, duelos de
espadas, desembarcos en el mar, cañones, caballos, galeones... Pero
también ha habido un hueco para la intimidad de este valiente
espadachín, capaz de, en un ambiente umbrío a la luz de unas velas y
alejado de los grandes exteriores abiertos y azulados, rodado en una
antigua cartuja de Talamanca del Jarama (Madrid), perder al cambiar una
valiosa cadena de oro, regalo del rey Felive IV, por un collar de perlas
para su amada y bellísima María de Castro. "Perderéis en el trueque",
le dice la dueña de la joyería. "Eso es cosa mía", contesta suave y
ronco Alatriste. "Es una película más de sentimientos que de acción",
asegura Díaz Yanes.
Han sido necesarios diez años para levantar esta gran producción
cinematográfica. En el inicio hay un nombre: el del productor, Antonio
Cardenal, que vive emocionado ese sueño que tanto le ha costado -"he
tenido muchos altibajos, momentos de euforia, también otros muy duros,
pero siempre me ha mantenido la fe en ese gran personaje de Alatriste"-.
La incorporación de Agustín Díaz Yanes, autor también del guión
construido a partir de las cinco novelas de Pérez-Reverte, dio el
definitivo espaldarazo al proyecto, que se vio agigantado cuando Viggo
Mortensen, una estrella de cine que habla castellano, dio un rápido sí.
Fue entonces cuando Tele 5-Estudios Picasso, la otra productora de
Alatriste, junto a Origen (Antonio Cardenal) y Universal Studios,
decidió llevar la película a una dimensión aún mayor de la inicial. Así
lo cuenta Álvaro Augustin, director de la división de cine de Tele 5:
"Cuando un filme tiene un presupuesto grande, la inversión es difícil de
recuperar, pero gracias a una figura como Viggo todo crece", asegura.
Augustin se muestra muy expectante por lo que puede demostrar este
proyecto en la industria española de cara a la realización de
producciones a lo grande en nuestro país. "La factura de esta película
es igual que la de los grandes filmes de aventuras de EE UU, pero con
tres veces menos de coste. Si sale bien, la industria se animará y nos
iremos demostrando de lo que somos capaces".
Viggo Mortensen, un perfecto perverso Alatriste de ojos azules, es, en
palabras de Pérez-Reverte, "la imagen rigurosa del héroe cansado".
"Hemos hecho una amistad muy profunda y eso ha sido muy bueno para el
cine y para la vida. Es la bomba. Es un intérprete muy seguro, lo
expresa todo con los ojos, es un actor de acción y de interior, que sale
en todas las escenas de la película, unas 90, excepto en seis. Ha sido
como rodar con un actor español, le puedes pedir todos los favores
cinematográficos que quieras. Es también muy exigente consigo mismo
desde un punto de vista artístico y moral. Si alguna vez puedo repetir
con él, me encantaría", asegura de él un satisfecho aunque dolorido por
un casi constante lumbago Agustín Díaz Yanes, enfrentado a esta gran
aventura personal y cinematográfica después de sus dos anteriores filmes
en pisos pobres y bares de barrio de Nadie hablará de nosotras
cuando hayamos muerto y las profundidades del metro en Sin
noticias de Dios.
Además de su encanto y su normalidad, Mortensen ha repartido camisetas
diseñadas por él mismo, mate y chucherías -todos los días llegaba al
rodaje con bolsas de caramelos, chicles y demás- entre los miembros del
equipo técnico y artístico. Empezando por el activo y organizador nato
ayudante de dirección Charlie Lázaro, hasta todos sus grandes compañeros
y actores que le han acompañado: Elena Anaya, Javier Cámara, Antonio
Dechent, Nadia Santiago, Juan Echanove, Eduard Fernández, Ariadna Gil,
Eduardo Noriega, Blanca Portillo, Unax Ugalde, el italiano Enrico Lo
Verso, Francesc Garrido y Luis Zahera. Todo un lujo para el valiente
Alatriste.
500 extras en disciplinada formación
Disciplina y mucha corrección. Esas dos son las claves que ha
utilizado Charlie Lázaro, el ayudante de dirección de Agustín Díaz
Yanes, para organizar a los miles de extras en las grandes escenas de
batallas de Alatriste. "Cada uno de ellos se tiene que sentir
importante", asegura este profesional que desprende una energía sin
límites y que sabe por experiencia que un "un figurante mal alimentado
te puede provocar una rebelión".
En el rodaje en Uclés (Cuenca) de la escena de la gran batalla de
Rocroi con la que finalizará la película, y que fue rodada con cinco
cámaras de cine, la atención a los más de 500 extras era exquisita y
exigente a la vez. En los cortes del rodaje se les repartía mucha agua,
dadas las altísimas temperaturas que soportaban bajo esa pesada
vestimenta, mientras se les iba retocando de sangre o polvo. "Que no
reboten las picas", gritaba Lázaro, cuando los soldados tenían que
tirarse al suelo con las armas en la mano. Hasta para ir a comer en las
grandes carpas preparadas en el campo, los figurantes iban en plan
formación. Todo ha sido a lo grande en Alatriste. "Parecíamos más
una caravana de circo que el rodaje de una película española". Es la
sensación que tenía el productor Antonio Cardenal al ver la larguísima
fila de vehículos -un total de 135, entre caravanas, automóviles y
autobuses- necesarios para trasladar diariamente a los distintos pueblos
y ciudades (once repartidos entre Andalucía, Madrid y Castilla-La
Mancha) a los cerca de 260 miembros del equipo técnico de Alatriste,
los casi veinte actores, los extras y toda la parafernalia que
conlleva.