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Noticias sobre Arturo Pérez-Reverte y su obra. Entrevistas.
GONTZAL DÍEZ | La Verdad de Murcia - 19/2/2004
"No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero era un hombre
valiente...", así comienzan las aventuras de Alatriste, toda una vida de
azares y aceros. Agustín Díaz-Yanes ha condensado en un guión de cien
páginas la vida de Alatriste narrada en cinco libros por Arturo
Pérez-Reverte. En septiembre comienza el rodaje con un presupuesto de 20
millones de dólares. Ya hay rostro para el intrépido espadachín: Viggo
Mortensen; y también para su compañero de andanzas y desventuras: el
mexicano Gael García Bernal será Íñigo de Balboa. Otros actores (Demián
Bichir, Jean Reno o Leonor Watlin) están aún sin confirmar, en un
reparto con vocación internacional, afirma Díaz-Yanes. El director de Nadie
hablará de nosotras cuando hayamos muerto y Sin noticias de Dios participó ayer en el ciclo Pérez-Reverte, un escritor de cine.
¿Cómo se ha enfrentado a esas cinco novelas? Porque se trata de
trasladar una vida no una novela al cine.
Ese era el reto. Incluso Arturo me ha adelantado elementos de sus
próximas novelas y la muerte del capitán. En el fondo, todo está en la
narración, aunque no se trata de llevarlo todo a imágenes. De momento, a
Pérez-Reverte le ha gustado el guión; una buena señal.
Seguro que si no le hubiese gustado ya nos habríamos enterado.
Es cierto, no se corta un pelo..., pero en esta ocasión ha dicho que
ahí está el espíritu que él quería.
Que sea un personaje tan leído, tan conocido y popular, ¿es un
problema para llevarlo a imágenes?
Tiene un público que ya está dispuesto a acudir al cine y disfrutar;
pero cada uno tiene una visión personal en la cabeza y ya sabes, de
antemano, que no puedes complacer a todos; eso es un peligro.
¿El inquietante Viggo Mortensen es un buen capitán Alatriste?
Sí, él será un inmenso Alatriste. Estoy encantado con que sea él.
Tiene edad, profesionalidad, mirada, cuerpo y es uno de los pocos héroes
de acción que quedan en el cine.
Veinte millones de dólares de presupuesto, ¿otro reto?
Para España es una barbaridad, pero para otras películas en otras
latitudes eso es una minucia. Para mí, es una responsabilidad. Es un
caso especial porque la fuerza de Alatriste arrastra y da confianza. Se
trata de retratar cómo fue el siglo XVII español, ese imperio muy
parecido a lo que ahora mismo es Estados Unidos. Pero la película
hablará también de la decadencia de esa nación altiva y también del
presente; la Historia es cíclica.
¿Cómo definiría a Alatriste?
Un aventurero contemporáneo, un solitario que se pelea con todo el
mundo y que tiene su propio código de conducta. Un tipo cercano.
Esos personajes entre el bien y el mal, el heroísmo y la miseria,
ya aparecían en sus dos películas.
Todas las grandes películas están basadas en personajes que viven en
el filo, en alguna frontera..., quizá para evitar aburrir al espectador.
Sabemos es que no será una película muy larga por aquello de que
"la duración de una película debe estar directamente relacionada con la
resistencia de la vejiga humana".
El guión, tal como está minutado, llega a dos horas y diez o quince
minutos; pero, claro, no se trata de machacar al espectador.
¿Hacer una película de época en España es una misión imposible?
Es complicado, pero es, sobre todo, un problema de presupuesto; pero
hay películas de época francesas o inglesas, además de las
norteamericanas, excelentes.
¿Más cercana, por ejemplo, de Cyrano o La reina Margot que de Los tres mosqueteros?
Cyrano tiene una fantástica puesta en escena. Alatriste está
muy alejado de Los tres mosqueteros porque no tiene ese cariz de
espadachín festivo. No quiero hacer El Zorro. Será más..., no
quiero decir filosófico porque es muy cursi; más de personajes. El siglo
XVII español tiene un aspecto de confusión y falsedad muy parecido a
nuestra época.
Hablando de confusión, usted está incluido en el proyecto Hay
motivo, en el que una treintena de cineastas retratarán aquello que
menos les gusta de esta España.
Hay motivo, claro, aunque con este proyecto de Alatriste no sé si
podré participar. Las críticas que hemos recibido son absurdas. ¿Qué
tiene de malo que la gente diga lo que piensa en una democracia? Este
país se ha vuelto un poco loco.
¿Qué aspecto le gustan menos?
No tenía ningún tema concreto y ahora no tengo tiempo. Pero no me
gusta, abomino, el terrorismo..., y, a partir de ahí, creo que desde el
último gobierno de Aznar ha habido un deterioro de la convivencia, de la
posibilidad de la crítica y del hablar pausado. Ha sido una legislatura
muy broca, llena de insultos. Entiendo que la derecha esté en el poder,
puede ser, incluso, higiénico. Pero este último tramo ha sido terrible y
no sólo por la guerra sino porque quien ha tomado la postura contraria
ha sido gravemente agraviados..., incluso ahora se permiten arrojar
euros a los periodistas.
¿Nos estamos instalando en la mentira o en el tedio?
No vivimos un momento de gran calidad democrática. Me aburre me aburre
mucho, que me llamen antipatriota o antiespañol.
Y ¿el caso Julio Medem?
Él tiene su posición y yo otra, pero no quiero hablar más de ello.
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