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Noticias sobre Arturo Pérez-Reverte y su obra. Entrevistas.
ESÚS RUIZ MANTILLA | El País - 26/10/2004
Arturo Pérez-Reverte se ha inventado el navío Antilla para
navegar con los traicioneros vientos de la última historia de España y
tratar de no naufragar en el desencanto. Pero también para bombardear a
todos aquellos que considera culpables del desastre que certificó el
declive de un imperio con la batalla contra los ingleses en las costas
de Cádiz. El escritor presentó ayer su obra Cabo Trafalgar (Alfaguara)
junto a sus colegas Juan Eslava Galán y Rafael de Cózar en el Círculo de
Bellas Artes de Madrid, donde repasaron la batalla que hundió a España
en su historia.
Se sentaron en sillas bajas, se sirvieron tres vasos de vino y crearon
un ambiente a medio camino entre un club inglés y una taberna de
puerto. Los tres, que se reivindican "novelistas y no escritores ni
narradores", lo hacen a menudo cuando aparece algún libro nuevo de
cualquiera de ellos. Pérez-Reverte, Eslava Galán y Rafael de Cózar
crearon un espacio de camaradería tertuliana ayer, en pleno temporal de
la capital, para celebrar la salida de Cabo Trafalgar.
"Estoy contento del libro", aseguró Pérez-Reverte, "pero todavía me
caliento. Cuando hablamos de la historia de este país siempre me hago la
misma pregunta: ¿a quién le parto la cara?". Al escritor le suben la
temperatura todas esas cosas que le importan. La historia es una de
ellas y las injusticias que sufren todos aquellos que la pagan siempre,
también. Cabo Trafalgar es una reivindicación que truena ante muchos
oídos sordos. "La historia de España está llena de trafalgares, siempre
pagan los mismos. Aquí nadie tiene la culpa de nada. En este país te
cargas una monarquía, una república y organizas una guerra civil y nadie
sabe nada", dijo el escritor. En el caso de Trafalgar, los tiene bien
identificados. "Para mí, los culpables fueron cuatro. El primero,
Napoleón, que nunca entendió el mar; luego, Godoy, que se pone a su
servicio, y después Villeneuve y Gravina, los dos mandos que, sabiendo
que nos llevaban al desastre, dijeron adelante".
Perecieron 4.000, y ganaron los ingleses porque Nelson, aunque murió
en la batalla, utilizó técnicas revolucionarias para el combate marino.
"Los ingleses sabían que luchaban por defender una isla que está sola en
el mundo y además tenían sus pagas y una buena organización. Los
franceses también tenían sus motivos: acababan de vivir una revolución y
querían extenderla por el mundo. Pero los españoles se miraban unos a
otros y decían '¿qué hacemos aquí?'. Muchos tenían las pagas atrasadas
y, aun así, iban a sabiendas de que les podían matar y dejar a sus hijos
huérfanos. Lo único que les salvó fue vender caro su pellejo y los
ingleses, sabiendo que no contaban con medios y que no eran
profesionales porque se les reclutaba en cualquier parte, reconocen su
valor, y eso que son arrogantes para alabar los méritos del enemigo".
Lenguaje
Una de las cosas que más les han fascinado a Eslava Galán y a Rafael
de Cózar ha sido el lenguaje. Pérez-Reverte explicó ante el público que
abarrotó la sala Fernando de Rojas del Círculo sus quebraderos de cabeza
para conseguir un lenguaje efectivo. "Quería contar una historia
rigurosa en lo marino y en lo histórico, y que a la vez fuera divertida.
Debía encontrar una fórmula que combinase ambas cosas y elegí mezclar
el humor y el anacronismo incluso para que el lector lo viera con los
ojos de ahora". Eslava Galán cree que Pérez-Reverte ha vuelto a las
técnicas que probó en El húsar.
Todo le va de maravilla al relato y a los cañones que Pérez-Reverte
utiliza contra los que no dejan de arruinar de manera cíclica la
historia de su país. "No hay esperanza. La historia se repite. Lo único
que pretendo es que al menos aprendamos". Pero a veces se siente
insultado en su empeño. "Hay imbéciles que dicen que la historia es de
derechas, incluso algún gilipollas dice que Alatriste es una
recuperación de la España imperial aznarista. Yo lo que creo es que el
franquismo contaminó la historia de España y después la izquierda la
agarró y la tiró a la basura, y por eso ahora la vuelve a tener la
derecha". Pero él reivindica su derecho a usar algunos términos sin que
le cuelguen ningún cartel: "Lo que no quiero es que cuando utilizo
términos como España, imperio o patriotismo, me insulten".
"Galdós no se puede superar"
Hay un libro que inspira más que ningún otro la nueva novela de Arturo
Pérez-Reverte. Benito Pérez Galdós ya metió en uno de esos barcos del
tremendo naufragio colectivo a Pablo El Buscón de Segovia en uno de sus
magistrales Episodios Nacionales.
Por allí daban bofetadas de impotencia a la mar personajes como
Churruca o Malespina, que también recordó ayer Pérez-Reverte. "El
Trafalgar de Galdós no se puede superar, además es la base de otros
Episodios Nacionales. Yo necesitaba llevarme al lector a un barco mío.
Hay documentos muy exactos y muchos libros sobre Trafalgar. Yo no podía
inventar nada, por eso creé el Antilla".
Pero, aparte de la inspiración galdosiana, Pérez-Reverte se mostró
ayer admirador de una película al citar en tres ocasiones Master and
commander, el filme de Peter Weir protagonizado por Russell Crowe, que
fascina al creador del Capitán Alatriste.