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Críticas sobre los libros de Arturo Pérez-Reverte y su trayectoria literaria.
JOSÉ MARÍA POZUELO YVANCOS | ABC Cultural - 08/6/2002
A estas alturas de su carrera literaria empezamos a ver, contra
iniciales apariencias, que Arturo Pérez-Reverte es un corredor de fondo.
De hecho sus medallas más valiosas las ha obtenido en La carta
esférica y con toda seguridad en La Reina del Sur, que creo
la mejor de las suyas y una excelente novela. En ella Pérez-Reverte ha
puesto en juego los dos recursos que mejor domina: la habilidad
narrativa y un creciente poso de desengaño en sus héroes, que dota a sus
novelas últimas de un interés superior incluso al de la trama externa.
En esta novela hay dos líneas que se cruzan desde el principio: una
historia externa, que recorre un mundo de gran actualidad, el del
tráfico de drogas, cuyos ambientes, movimientos y estrategias se
describen minuciosamente, y una segunda línea interna, que recorre la
historia personal de Teresa Mendoza, la protagonista, cuyo atracción
como personaje es tan creciente, y atrapa al propio escritor de tal
forma, que se come la novela, y la ocupa al final casi por entero.
Lo interesante es observar que Pérez-Reverte no ha superpuesto la
trama interior y la exterior, sino que las entrevera, de forma que la
lucha por la supervivencia y el creciente dominio que sobre las mafias
va urdiendo la Reina del Sur son episodios nacidos de su necesidad (e
imposibilidad) de amor, de su difícil salvación como persona en un mundo
cuyas reglas, dictadas por unas sociedades dotadas de sus propios
mecanismos de fidelidades y pactos, imponen a Teresa la obligación de
ser quien acaba siendo, muy a su pesar, dejando en la carrera desgarros.
Teresa Mendoza es la heroína de una guerra que acaba siendo la guerra
perdida de su vida, cuando todas las demás guerras las tiene ganadas,
porque las va ganando conforme la novela avanza. Ese contraste, que
proporciona páginas soberbiamante escritas, de encuentros, de fidelidad
suya e infidelidades de los demás, va haciendo crecer un abismo en su
interior, abismo al que el novelista se asoma, sabiendo además que se
trata de una mujer, porque Pérez-Reverte ha sabido que el perfil dado a
Teresa, desde sus veintitrés años hasta los treinta y cuatro, es el de
una perdedora sentimental, que va a rastras de su destino, pero es
atractivo como ninguno por eso mismo.
Otro acierto es el tema, de por sí novelesco, pues las tramas
políticas, económicas, las luchas por el poder de ese mercado, las
rivalidades entre mafias distintas, los escenarios de México o de
Gibraltar y Marbella proporcionan los ingredientes que necesita una
novela para resultar apasionante. El mundo de los nuevos piratas se
encuentra asociado hoy al tráfico de drogas, también el de los tejidos
de corrupción política y policial, la ingeniería financiera del
"blanqueo" de dinero, etc. De ese modo, Pérez-Reverte tiene como punto
de partida un mundo que resulta novelesco por él mismo; basta con saber
narrarlo. ¡Y vaya si sabe narrarlo!
Portentoso flash back
El mecanismo narrativo es un portentoso flash back, que toma la acción
desde casi su final, pero la va reconstruyendo en tramos sucesivos,
urdiendo dos estrategias discursivas: el de la historia narrada en
tercera persona, y el de una crónica que un periodista-novelista se
propone hacer y que permite entrevistar a personas relacionadas con la
trama que se pretende reconstuir. De ese modo, la investigación que está
en el origen de la novela se ha convertido en un ingrediente de la
trama, lo que es muy inteligente, porque permite dar un cañamazo de
unidad a los episodios. Tan sólo cabría objetar que no siempre se ha
motivado bien el interés que podrían tener ciertos personajes para
hablar con este cronista.
De todos modos, ése es detalle menor, porque la composición de la
novela está muy bien trabada. Destaco la documentación que hay detrás de
los episodios descritos, pues no sólo se traza un mapa claro de la red
de la droga en el Estrecho, sino que asistimos a episodios de una guerra
descritos con tal plasticidad y tal lujo de detalles para tipo de
barcos, motores, líneas de navegación, estrategias de persecución,
envites y respuestas de los barcos, que proporcionan una realidad
servida sobre la base de una imponente documentación previa, conseguida
además in situ, porque no estaba en los libros esta vez.
Pérez-Reverte se ha tomado muy en serio esta novela; ha jugado una
partida difícil por el ensamblaje de lo vital y la aventura; ha
construido un mundo sin moralina. Y en esa difícil partida ha ganado
otra medalla más en su carrera de fondo, que es la de la buena
literatura.