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Textos sobre Pérez-Reverte

Textos sobre el escritor y su obra. Revertianos.

Lectura de Arturo Pérez-Reverte

SANTOS SANZ VILLANUEVA - 30/10/2003

El número especial del semanario Ababol dedicado a Arturo Pérez-Reverte se abre con un mensaje autógrafo del escritor cartagenero que merece la pena copiar: "Hay unas palabras que me obsesionan desde que, de jovencito, traducía a Homero: Llueve en las orillas de Troya mientras zarpan las naves. En realidad, supongo, casi todas mis novelas hablan de eso".

Esta poética explicación podría tomarse como una excusa retrospectiva del narrador maduro, famoso y reconocido, para justificar una trayectoria sobre la cual siempre ha planeado una sombra: su cualidad de escritor de masas, autor de best-sellers y literatura de consumo. La tengo, sin embargo, por una meditación auténtica y sentida. Responde, creo, al fondo intencional último de una escritura que, concebida como obra de arte, no desdeña su proyección hacia un lector multitudinario, al cual, al contrario, busca deliberadamente, y apuesta a favor de un núcleo de valores.

Ocurre, sin embargo, que casi desde un primer momento llaman la atención los aspectos más aparentes de la narrativa de Pérez-Reverte. Esos rasgos superficiales funcionan, en cierto modo, como una tinta de calamar respecto de su fondo significativo, lo dejan en un segundo plano y, en última instancia, lo trivializan o anulan. Sus novelas, de apariencia ligera, y de lectura grata y apasionante, poseen un espesor que puede no percibirse a primera vista. Pero, a estas alturas de la obra del creador de Alatriste, con una docena de títulos publicados, se ve con claridad que dicho fondo responde a unas inquietudes, a una visión del mundo, persistente a lo largo de su trayectoria entera. Aunque antes se imponen unas acusadas notas externas: un autor que refleja su condición de contador nato de historias, cultiva sin tapujos el relato de aventuras y utiliza sin reservas recursos decimonónicos y folletinescos. Esta tensión entre una literatura comunicativa y popular, y un sustrato filosófico difuminado por entre unas peripecias novelescas vertiginosas resulta el punto de partida obligado para acercarse a la obra de Pérez-Reverte con el ánimo de explicarla, razonarla, que es lo que aquí me propongo, y no sentenciarla con juicios de valor preconcebidos.