Prensa > Patente de corso
Columna que Arturo Pérez-Reverte publica en XL Semanal.
ARTURO PÉREZ-REVERTE | El Semanal - 10/5/2009
Imperativos de las artes gráficas obligan a escribir esta página un par de semanas antes de la fecha en que se publica. Lo aclaro
porque es posible -poco probable, pero posible- que, cuando lean estas
líneas, la fragata española destacada en el Índico haya destruido a
cañonazos a toda una flotilla de piratas somalíes, o que nuestros
comandos de la Armada, tras recibir vigorosa luz verde del implacable
Ministerio de Defensa español, hayan liberado heroicamente a varios
rehenes españoles o extranjeros, liándose a tiros, bang, bang, bang, y
dándoles a los malandrines las suyas y las del pulpo sin pagar rescate
ni pagar nada. Que no creo, la verdad. Aquí eso del bang bang se mira
mucho, no vayamos a darle a alguien, que encima es negro y desnutrido,
aunque lleve Kalashnikov, y a ver qué dicen luego la prensa, las
oenegés y las estrellas del cine español. Pero nunca se sabe.
Hoy quiero hablar de una foto. En ella aparece la titular de Defensa, señora Chacón, con varios portavoces parlamentarios -el
señor Anasagasti, la señora Rosa Díez y algún otro padre y madre de la
patria- a los que invitó al océano Índico para retratarse a bordo de la
fragata Numancia; que como saben forma parte del dispositivo
internacional que allí protege, o lo intenta, el tráfico mercante. En
la foto, los portavoces varones y hembras sonríen felices, cual si
acabaran de cantarle a la marinería lo de «Soldados sin
bandera/soldados del amor», satisfechos por llevar al cuerno de África
un mensaje de compromiso y firmeza. Mucho ojito, piratas malvados, que
con España no se juega. Aquí estamos todos, unidos como una piña
colada, para dar aliento a nuestros tiradores de élite. Cuidadín.
Etcétera. Estoy seguro de que, después de verlo en el telediario, las
familias de los tripulantes de atuneros, petroleros, portacontenedores
y otros barcos españoles duermen tranquilas. Relajadísimas. Nuestra
Armada está ojo avizor, y nuestros políticos la apoyan. El protocolo
operativo contempla el uso de la fuerza, siempre y cuando no peligre la
vida de secuestrados ni de secuestradores. O algo así. A ver qué pirata
le echa huevos y se atreve ahora.
Debo confesar algo inconfesable. Y, por tanto, lo confieso. Habría dado mi colección completa de primeras ediciones en gabacho de
Corto Maltés -blanco y negro, editorial Casterman- porque, en el
momento mismo de la foto, una docena de piratas somalíes hubiesen
decidido sumarse por su cuenta al homenaje. Me tiembla el dedo de
placer, dándole a la tecla, al imaginar a una docena de Isas y Mojamés
abordando la Numancia con su cayuco mientras todo el mundo
estaba pendiente del fotógrafo. Hola, buenas. Aquí mi cuñado, aquí mi
primo. El del lanzagranadas es mi suegro. De momento nos van a pagar
ustedes veinte kilos en billetes nuevos. Si no es molestia. Y díganle a
la rubia de las gafas y los piños que deje de hablar por el móvil
pidiendo auxilio y se siente, coño.
Y luego el operativo. Gabinete de crisis en Moncloa. Café y expertos. Ese presidente Zapatero telefoneando a Obama para
preguntarle qué haría él en un caso similar, y el otro respondiendo que
ya lo hizo: no pagar un duro y cargarse a los malos. Eso es
totalitario, responde Zapatero. Indigno de un presidente afroamericano
de color. Entre Sarkozy y tú me vais a desmontar el chiringuito con
vuestros putos pistoleros. Nosotros tenemos Alianza de Civilizaciones,
chaval. Somos líderes en eso. Además, te informo de que la violencia
sólo engendra violencia. La piratería está tocando fondo, dentro de un
par de meses empezará a disminuir, y mi gobierno ya toma medidas para
que cuando desaparezca del todo, que será pronto, África y sus
habitantes encuentren a España preparada para convertir aquello en
Hollywood. Que no te enteras, tío.
Y después, tatatachán, el desenlace. Al alba y con viento de levante, tras arduas y enérgicas negociaciones a través de la
embajada de Cataluña en Mogadiscio, el ministro Moratinos anuncia otro
éxito diplomático y humanitario sin precedentes: «Hemos pagado
enérgicamente -dice sin despeinarse- el rescate en un tiempo récord,
cosa nada fácil con las transferencias, los horarios de bancos y demás.
En cuanto a lo que de verdad preocupa a los españoles, la salud de los
piratas, diré que todos se encuentran bien; excepto uno que, al
abalanzarse a robarle el reloj al señor Anasagasti, resbaló y se hizo
pupita en un dedo. La ministra de Defensa ha fletado un avión para
trasladarlo a un hospital de Madrid -ella misma le sostiene el gota a
gota de plasma-, y confiamos en su recuperación. Son daños colaterales
inevitables en estas operaciones de precisión y alto riesgo. Por otra
parte, el cabo primero de infantería de marina Manolo Gómez Cascajo,
que en un momento dado sugirió coger los Cetmes y achicharrar por el
morro a los piratas, ha sido seriamente amonestado por Defensa, y su
próximo destino será censar focas en Chafarinas. Por querer matar
negros y por fascista».