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El Bar de Lola

Anotaciones de Arturo Pérez-Reverte. Desde abril de 2012 a marzo de 2014 fueron publicadas en novelaenconstruccion.com

Un libro cada semana (17)

Arturo Pérez-Reverte - 09/8/2015

Un tronar de tambores
James W. Bellah

Un tronar de tambores"El sargento Utterback se envaró en la silla de montar mientras miraba entre el resplandor amarillo del atardecer al buitre que volaba en círculo en el aire que se oscurecía delante de la pequeña columna. El buitre era la única cosa que había con vida en aquella árida pradera, además de las tres docenas de soldados cansados de montar a caballo y los dos oficiales que se odiaban el uno al otro".

Este libro de James Warner Bellah es uno de esos libros que uno mismo querría haber escrito. Una obra maestra donde pueden leerse frases como ésta: "Los soldados sólo pasan una vez, y lo único que dejan atrás es el recuerdo", como ésta: "Por aquí sirve de poco acusar a un hombre del algo grave, a no ser que se esté en posición de matarlo a continuación, antes de que él te mate a ti", o como esta otra: "Todos tenemos una deuda con la muerte. Paguémosla hoy y no la deberemos mañana". Porque este libro es una verdadera joya, y no sólo para los lectores amantes de la acción y la aventura, sino también para los aficionados al cine clásico. Un tronar de tambores y otros relatos de la caballería americana reúne, en un solo volumen, la novela corta y las cinco historias que, en su conjunto, inspiraron a John Ford la legendaria trilogía cinematográfica sobre la caballería y las guerras indias que acabó siendo Fort Apache, Río Grande y La Legión invencible. Y basta con leer unas páginas para comprender por qué. El autor había luchado en las dos guerras mundiales y sabía bien de qué hablaba. Escritos con un tono seco y eficaz, en estos relatos se oye y se respira, se siente el sonido de los cascos de los caballos fatigados, el polvo que cubre los uniformes azules, el olor a cuero y metal de los jinetes, el campanilleo de sus sables golpeando el metal de los arreos. La dura vida cotidiana de la caballería, los hombres curtidos que la protagonizaron, sus miserias y sus violencias, surgen de estas páginas con tanta fuerza y viveza que cuando uno alza la vista de ellas no puede evitar ver ante sí aquellas imágenes de leyenda que, a menudo con el rostro de John Wayne, el gran Ford dejó impresas para siempre en nuestra imaginación y nuestra memoria.