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Críticas

Críticas sobre los libros de Arturo Pérez-Reverte y su trayectoria literaria.

Arturo Pérez-Reverte entrega un novelón que hace historia sobre el Cádiz sitiado de 1811

ENRIQUE TURPIN | ELPERIÓDICO.com - 05/3/2010

Tras varios episodios nacionales mucho más livianos (en torno a la batalla de Trafalgar y el 2 de mayo), Arturo Pérez-Reverte viaja al sitio de Cádiz, la ciudad que llegó a ser casi el único territorio de la España peninsular no ocupado por Napoleón. Pero en esta ocasión intenta concentrar en más de 700 páginas reconstrucción histórica, misterio policial, cañones y relaciones románticas.

Entre los dignos propósitos de la literatura despunta con poderosa potencia el de reconstruir un mundo, a menudo con afán nostálgico, pero en no pocas ocasiones con la intención latente de entenderlo mejor, apropiándoselo hasta el último detalle significativo. En cuestiones de esa índole, la novela se ha convertido desde sus primeros pasos en estandarte de los esfuerzos más consistentes por llevar a cabo tales indagaciones.

Algunos de estos relatos se amparan en claves compartidas desde siglos por muchos de sus seguidores, y ofrecen acicates que enmascaran intenciones que buscan trascender la anécdota en la que se escudan para poner en pie todo un universo. Pero a veces, solo a veces, el oficio y el genio se conjugan azarosamente para que lo que parecía una revisión de un tiempo pasado se convierta en vibrante exégesis del momento presente, y hasta del porvenir. Es entonces cuando la fidelidad por el detalle se vuelve evidencia de la contemporaneidad. Ahí reside la grandeza de estas obras de arte, y El asedio se cuenta entre ellas.

MUCHOS RELATOS EN UNO / Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) entrega un novelón de los que hacen historia: recrea los pormenores de un tiempo que tiene un temblor actualísimo a la vez que se convierte en compendio de su biografía novelesca, en crisol de los recursos y motivos más queridos por el escritor. Hay aquí muchos relatos y no menos estrategias compositivas, pero ni se trata de relatos-marco de filiación oriental, ni tampoco de trucos cercanos a los fuegos de artificio. El asedio orienta sus pasos con firmeza, a pesar de que el lector pronto se encuentra embebido en una trama múltiple que se nutre de la novela de aventuras con mar al fondo, de la reflexión existencial, de las historias de amor, de la reconstrucción histórica, de la literatura de enigmas, de la tradición positivista, del relato policial, de la novela total.

Mucho ha llovido desde los años 80, pero ya en El Húsar se prefiguraba un modo de sentir lo literario que ha desembocado en oficio de artesano alcanzado por el genio.

Mientras Cádiz se ve asediada por los franceses en 1811 en una acción lineal que traspasa el año de investigaciones del comisario Rogelio Tizón, un narrador omnisciente se infiltra en el corazón de Cádiz. Al tiempo, la independiente heredera y armadora Lolita Palma pronto se verá necesitada del socorro del corso, por lo que habrá de ampararse a regañadientes en la experiencia del capitán Pepe Lobo a fin de salvaguardar el negocio familiar de los desastres en cadena que ya se empiezan a fraguar en las colonias de ultramar.

A pesar de que la acción bascula medidísima entre una incipiente historia de amor, el grueso de la narración se lo lleva la investigación del comisario Rogelio Tizón sobre la posible relación entre los crueles asesinatos de muchachas jóvenes y los lugares de impacto de las bombas con las que el maestro artillero Desfosseaux castiga a la ciudad ajedrezada.

La precisión léxica, la vindicación de los clásicos como espejo del presente, la reconstrucción más mitológica que histórica de una época convulsa, el aserto de que «no siempre cultura y ciencia van de la mano» marcan una obra mayor que contiene la destilación de un Arturo Pérez-Reverte en el que la reflexión sobre el mundo se muestra más honda y ajustada que nunca, con la certeza que traen consigo las evidencias insoslayables.